[responsivevoice_button voice=»Spanish Latin American Female» buttontext=»Pulsa para escuchar la nota»]
La abogada de la mujer, Mariel Colón dijo a Univisión Noticias que en este mes, Emma podría cerrar el trato con las autoridades estadounidenses pero que, a diferencia de los otros miembros del Cártel de Sinaloa, no habrá cooperación con el gobierno de EEUU.
Con la declaración de culpa de Coronel estaría aceptando sus nexos con la organización sinaloense; sin embargo, no se han especificado los cargos que Emma aceptaría.
Colón explicó a la cadena de noticias estadounidense que su clienta teme por su vida y la de sus gemelas, tras la difusión de la noticia sobre que se entregó a la justicia para ser testigo cooperante.
El gobierno estadounidense estuvo representado por el fiscal Anthony Nardozzi, quien solicitó prisión preventiva bajo el argumento de que “la acusada trabajó de cerca con la estructura del Cártel de Sinaloa, sobre todo con su esposo, Joaquín el “Chapo” Guzmán”. Además de su participación en la fuga del líder criminal de la cárcel de máxima seguridad del Altiplano, en 2015.
Repetidamente durante el proceso, el defensor Jeff Lichtman dio su consentimiento para que Emma Coronel permaneciera encarcelada indefinidamente. Compete ahora al defensor de Coronel solicitar una posible libertad bajo fianza.
La magistrada Mariweather leyó las acusaciones contra Coronel Aispuro, que enfrenta cargos de conspiración para importar heroína, cocaína, marihuana y metanfetaminas. En caso de declararse culpable se dijo, la esposa del Chapo podría enfrentar un mínimo de 10 años de prisión y una sentencia máxima de cadena perpetua, además de una multa de hasta USD 10 millones.
La dinastía Coronel
Desde la sierra de Durango llegó un clan agricultores de marihuana. Apadrinado por el narcotraficante Amado Carrillo Fuentes, alias el “Señor de los Cielos”, uno de los capos más poderosos de México, la familia Coronel controló el estado y el trasiego de droga por la frontera norte.
La historia de este clan inició con el narcotraficante mexicano, Ignacio Nacho Coronel Villarreal. “Don Nacho” y/o “El Rey del cristal”, como era conocido en el mundo del hampa, inició sus actividades delictivas bajo las órdenes del “Señor de los Cielos”. Tras la muerte de éste —en 1997 durante una cirugía plástica—, Nacho se unió a la organización de Joaquín el Chapo Guzmán: el Cártel de Sinaloa.
Según los señalamientos, llegó a convertirse en uno de los principales cabecillas del cártel. Su liderazgo se extendió a la sombra de otros más conocidos como el de el “Chapo” Guzmán e Ismael el “Mayo” Zambada, el único capo de la vieja guardia con más de 40 años de trayectoria que nunca ha sido detenido.
Coronel Villarreal fue durante al menos 12 años el responsable del trasiego de metanfetamina hacia Estados Unidos. Uno de los momentos más tensos en el liderazgo de “Nacho” ocurrió en abril de 2010 cuando su hijo, Alejandro Coronel Mardueño fue secuestrado y asesinado cuando tenía apenas 16 años por sus rivales, los Beltrán Leyva. Esto desató una ola de violencia en el país.
Ese mismo años, el 29 de julio, el ya importante dirigente del narco fue abatido en un operativo lanzado por el Ejército mexicano, en una de las zonas residenciales más exclusivas de Guadalajara, en el estado de Jalisco (al oeste del país).
Según los señalamientos, llegó a convertirse en uno de los principales cabecillas del cártel. Su liderazgo se extendió a la sombra de otros más conocidos como el de el “Chapo” Guzmán e Ismael el “Mayo” Zambada, el único capo de la vieja guardia con más de 40 años de trayectoria que nunca ha sido detenido.
Coronel Villarreal fue durante al menos 12 años el responsable del trasiego de metanfetamina hacia Estados Unidos. Uno de los momentos más tensos en el liderazgo de “Nacho” ocurrió en abril de 2010 cuando su hijo, Alejandro Coronel Mardueño fue secuestrado y asesinado cuando tenía apenas 16 años por sus rivales, los Beltrán Leyva. Esto desató una ola de violencia en el país.
Ese mismo años, el 29 de julio, el ya importante dirigente del narco fue abatido en un operativo lanzado por el Ejército mexicano, en una de las zonas residenciales más exclusivas de Guadalajara, en el estado de Jalisco (al oeste del país).