Fernanda Avendaño, investigadora del Imco (El Instituto Mexicano para la Competitividad), afirmó que las compras de emergencia en México necesitan planeación, una pronta respuesta, publicación oportuna y transparencia, ya que contrario a lo mencionado por el gobierno morenista de haber reaccionado oportunamente a la crisis sanitaria, las primeras compras del IMSS e ISSSTE se realizaron hasta marzo y no en enero, cuando ya había noticias de la pandemia.
Al realizar un análisis sobre las compras realizadas entre el primero de enero del 2020 y el 28 de febrero de 2021, en seis de las dependencias involucradas directamente con el tema sanitario: el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS); Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi); Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE); Secretaría de Marina (Semar); Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena); Secretaría de Salud, el Imco basado en Compranet, detectó que la Sedena pagó 2.3 veces más por el mismo medicamento en contratos con un mes de diferencia.
El medicamento adquirido, el paracetamol, fue comprado con un proveedor, cuya empresa estaba dedicada a la venta de muebles.
El Instituto Mexicano para la Competitividad detalló que el gobierno federal recurrió a “empresas todólogas”, dedicadas a la venta de muebles, transporte, de telecomunicaciones, circuitos de seguridad y refacciones de barcos que recibieron contratos para la adquisición de equipo e insumos médicos adquiridos muchos de ellos a sobreprecios.
El organismo asevera que a un año de que México enfrentó una de las emergencias sanitarias más importantes de la historia, el gobierno federal no ha desarrollado mecanismos especiales que permitan monitorear las compras públicas en tiempos de emergencia, por lo cual “muestran importantes deficiencias e irregularidades” en la adquisición de medicamentos.