Chilpancingo, Gro.– En medio de un clima creciente de violencia y a pocos días del inicio de diversas festividades decembrinas en Guerrero, el alcalde de Chilpancingo, Gustavo Alarcón Herrera, solicitó formalmente la intervención del Gobierno Federal para reforzar la seguridad en la capital del estado.
La petición fue dirigida al titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Omar García Harfuch, y plantea un despliegue federal “reforzado y permanente”, así como operativos coordinados que permitan garantizar el control territorial durante las celebraciones de fin de año.
En entrevista con el periodista Ciro Gómez Leyva, Alarcón enfatizó que, si bien el municipio ha asumido sus responsabilidades en materia de servicios urbanos y mantenimiento, la situación de inseguridad ha superado “las capacidades de cualquier gobierno local”.
“Nos ha tocado limpiar, iluminar, ordenar y preparar la ciudad, pero sabemos que eso no es suficiente. Esto no es buscar pleito con nadie, estamos pidiendo ayuda para nuestras familias y para que nuestras tradiciones puedan estar en paz”, declaró el edil.
El alcalde insistió en que la violencia que enfrenta Guerrero, al igual que otras regiones del país, “no atiende colores ni partidos”, y advirtió que los grupos criminales se han fortalecido al grado de rebasar la capacidad operativa de los municipios.
“No negamos la realidad, la reconocemos. Chilpancingo se ha puesto de pie, pero sin apoyo, cada vez es más difícil”, afirmó.
Contexto de violencia contra autoridades locales
El llamado de Alarcón ocurre casi un mes después del asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, quien fue atacado a tiros el 1 de noviembre durante el Festival de Velas, una de las festividades más importantes del municipio michoacano. El hecho elevó la preocupación entre alcaldes del país, que han denunciado amenazas, extorsiones y un entorno cada vez más riesgoso para ejercer sus funciones.
En Guerrero, la situación no ha sido distinta. El anterior alcalde de Chilpancingo, Alejandro Arcos Catalán, fue asesinado el 6 de octubre de 2024, apenas una semana después de asumir el cargo. Su cuerpo decapitado fue localizado en la colonia Villas del Roble.
Según declaraciones posteriores de García Harfuch, Arcos Catalán había salido de Chilpancingo rumbo a Petaquillas para una “reunión específica”, sin escolta ni chofer. Horas después se perdió contacto con él y fue encontrado sin vida al interior de una camioneta.
El crimen ocurrió días después del asesinato del secretario general del ayuntamiento, Francisco Gonzalo Tapia Gutiérrez, lo que evidenció la profunda crisis de seguridad que enfrenta la capital guerrerense.
Tras el homicidio de Arcos Catalán, su suplente, Gustavo Alarcón Herrera, fue designado para asumir la presidencia municipal.
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