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El 94% de las muertes ocurridas en México a consecuencia del COVID-19 eran personas que pertenecían a la clase obrera, amas de casa y retirados, así lo dio a conocer la UNAM.
También informó que el 92% de estas muertes en México ocurrieron en instituciones públicas de salud con la mitad en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
En tanto, sólo el 2% de esas muertes ocurrieron en hospitales privados, detalló el reporte “Impacto de los determinantes sociales de la COVID-19 en México”.
Los encargados de realizar este estudio fueron Alejandro Cortés-Meda, doctorante en Ciencias de la Salud; así como Guadalupe Ponciano Rodríguez, profesora del Departamento de Salud Pública, Facultad de Medicina, UNAM.
“Los datos aquí mencionados apuntan a grandes diferencias tanto en nivel de contagio como en la gravedad y mortalidad del COVID-19, según el nivel socioeconómico”.
La investigación encontró que “la mitad de las muertes se produjeron en personas con un nivel educativo máximo de primaria”.
Asimismo, reportó que la población urbana de bajos ingresos en municipios de alto nivel socioeconómico ha sido más propensa a contagiarse y morir por COVID-19.
“En México la baja escolaridad está asociada a condiciones precarias de vida y salud y a un mayor riesgo de muerte.
No cabe duda que la COVID-19 ha afectado en gran medida a la población con menor escolaridad”, consideró el informe.
La Facultad de Medicina señala en su análisis que existen “diferencias muy pronunciadas” en la tasa de mortalidad de los estados, con Ciudad de México a la cabeza con un índice de 318 muertes por 100 mil habitantes, seguido de Baja California con 210 y Sonora con 199.
En contraste, las más bajas han sido en Chiapas (25), Oaxaca (73) y Michoacán (98)
El reporte también señaló que sólo uno de cada cuatro contagiados, el 25%, recibió atención hospitalaria.
La UNAM detalló que el impacto diferenciado en las cerca de 7.2 millones de personas indígenas, con una letalidad de 17.4 % que “duplica la prevalencia en la población general”.